
Quién ha tenido la fortuna de conocer personalmente Fèlix Mas y a la vez ha podido permitirse un viaje onírico por la miscelánea de su obra, es muy probable que lo defina con una única palabra: encantador.
Fèlix Mas es un hombre culto, viajado y a cada paso recuerda un episodio magnífico impensable para la mayoría.
Nació en Barcelona, en un ambiente ligado al arte. Con estas premisas y sus estudios en la Escuela San Jorge y la Escuela de Artes y Oficios, la carrera de Fèlix estaba perfectamente orientada.
El año 1957 se unió a la agencia internacional Josep Toutain, y el mundo del cómico fue durante muchos años su medio de vida. Sus cómicos aparecieron a menudo en las revistas británicas para adolescentes hasta principios de los años setenta.
Las viñetas con angulosas, expresivas y bellas jóvenes lo condujeron a trabajar en Escandinavia como ilustrador en revistas de primer nivel.
Trabajó en las revistas Warren de Estados Unidos; después, creó relatos breves de terror para las revistas Creepy y Vampirella, en que uno de sus capítulos fue considerado el mejor de la saga.
Su obra pictórica es extensa y se define como obra de culto en cuanto a la representación de la mujer.
Técnicamente destacan las líneas angulosas y aristadas de mujeres ambientadas en el Oriente o el antiguo Egipto.
Miradas ausentes o desafiantes, pero que tocan el alma de quien las contempla.
Victòria Panadés